Parar para llegar a más

Hace un tiempo hablamos de lo que podemos hacer cuando nos quedamos sin ideas. Comentamos que para recuperarnos de ese parón podíamos ver más fotos, leer, seguir formándonos, incluso hablamos de hacer cosas diferentes a lo que hacemos normalmente para salir de nuestra zona de confort y hacer florecer las ideas.

Esto último es lo que yo suelo hacer, como durante el mes de Agosto no he podido tener vacaciones, hemos aprovechado una semanita ahora en Octubre para disfrutar de unos días en familia. Esto ha hecho que me separe un poco de los retratos, pero como no puedo estar sin hacer fotos he cogí la cámara y me la llevé al viaje familiar que hicimos.

Hacer fotos durante nuestros viajes es otro tipo de fotografía que podemos hacer, y hay muy buenos fotógrafos que se centran en ello. Pero en mi caso realmente es un desahogo, una forma de disparar sin preocuparme mucho del resultado, unos días que me dan para ir probando cosas nuevas, cosas que he ido viendo en libros, o en internet.

Pero también es algo que poco a poco me va dando ideas para nuevas tomas.

En casi todos los sitios que visito me gusta ir a las iglesias o catedrales, suelen ser sitios tranquilos, y sobre todo con dificultades a la hora de iluminar, ya que está prohibido hacer fotos con flash.

Además de practicar la fotografía con poca luz, me permite empaparme de un poco más de arte e historia.

Pero estos viajes no los paso exclusivamente encerrado en iglesias, o museos (que también nos sirven), suelo callejear mucho.

Pasear por las calles de donde vas te hará que fuerces más el ojo para ir buscando la situación, o el detalle que destaque, eso que de repente hace saltar una chispa y sabes que tienes que inmortalizar.

En mi caso procuro disparar siempre en manual, así que al callejear me toca esforzarme mucho en mantener siempre la exposición correcta, la de fotos que he perdido por no darme cuenta y disparar con un diafragma demasiado cerrado, o con poca velocidad. Está claro que con los modos semiautomáticos todo es más fácil y solo tenemos que preocuparnos por el encuadre, pero para mi ir por la calle en manual hace que esté siempre fijándome en la luz que hay, tener la cabeza calculando si necesitaré subir o bajar la exposición, y es un ejercicio para estar siempre alerta de los parámetros que tenemos en nuestra cámara.

En mi caso ha sido un viaje familiar, así que nunca hay que olvidarse de quienes vienen con nosotros, tenemos que hacerlos participar de nuestra afición, por que si no ¿para qué vamos con ellos? es más, los podemos usar como nuestros modelos.

Nunca puedo resistirme a un retrato

Pero eso si, sobre todo, si vas con la familia, toda el momento de guardar la cámara, aprovechar un rinconcito y disfrutar de un buen paseo ¿quien sabe lo que puedes encontrar al final del camino?

Por que al final, todo viaje termina y toca volver a casa, a la realidad, con ese descanso que has ido a buscar y con esas nuevas ideas que has ido encontrado en el camino.

Como espero que hayas visto por aquí, aunque pares de hacer las fotos que realmente te gusten, aunque hagas otro tipo de fotos, siempre puedes ir sacando ideas para volver con más ganas a lo que estabas haciendo.

Nos vemos la semana que viene.

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