Llega el momento en el que nos encontramos algo más sueltos con la técnica, básicamente con la exposición. Entonces llega el momento de elegir qué fotos queremos hacer.
No me refiero a la foto en ese momento, si no a qué rama de la fotografía tomaremos.
Al principio tomamos fotos a todo, una copa de vino, las revistas que hemos dejado encima de la mesa, nuestra familia (lo más socorrido), a la gente por la calle. Pero poco a poco vemos algo que nos llama más la atención y fijamos nuestro objetivo en eso.
En mi caso cada vez que salía con la familia, y sobre todo ibamos al Bioparc me traía fotos de animales, no sé porqué pero era algo que me atraía.
Las Fallas eran otras imágenes que se encontraron frente a mi, aunque esto siempre estuvo ahí, fue por lo primero que empecé a hacer fotos y algo que sigo haciendo hoy en día.
Hubo una temporada que incluso aprovechaba los pocos viajes que hacía con la familia y no dejaba la cámara al lado, aunque la fotografía de viajes nunca ha sido algo que me enganchara siempre me he traido algo de vuelta de los viajes.
Finalmente me dí cuenta de lo que realmente me atraía, entre todas las fotos que hacía durante el año las que se llevaban la palma, las que más disfrutaba, a las que les dedicaba mucho más tiempo siempre han sido retratos.
Yo por fin he encontrado lo que me gusta, pero ¿tú has encontrado lo que te gusta fotografiar? Si lo tienes céntrate en ello, para así mejorar más rápidamente, pero no olvides el resto de disciplinas, siempre pueden ser una via de escape, y algo que te ayude en otros aspectos.