Hace unos meses un compañero se puso en contacto conmigo para compartir un estudio, juntamos dos modelos, una maquilladora y varias horas encerrados en un estudio. Tuvimos la suerte de que nos prestaron algo de ropa.
La verdad es que fue una tarde muy divertida y bastante productiva, al ser tantos fue muy fácil organizarse.
Lo primero de todo era ver qué ropa habían traído las modelos, ¿qué querían ellas?, ¿qué queríamos nosotros?, ponernos de acuerdo en lo que íbamos a hacer, y ponernos manos a la obra. Mientras la maquilladora preparaba a una de las modelos, nosotros íbamos haciendo pruebas de luces. En teoría esas primeras fotos no suelen servir mucho, ya que solo son pruebas, es el momento en que empieza el contacto con la modelo, es el momento en que ella empieza a cogernos confianza y a partir de ese momento es cuando la modelo y nosotros mismos nos vamos relajando y la sesión empieza a fluir.
Una vez teníamos la luz preparada y la primera modelo lista, pasamos manos a la obra, era el momento de disparar sin piedad, mientras nuestro “conejillo de indias” pasaba a maquillaje.
Olena ya tiene experiencia delante de la cámara, y eso es de agradecer, entiende rápidamente lo que le vamos diciendo y ella misma nos proponía cosas, nos decía lo que ella necesitaba y lo que quería conseguir. Tenemos que tener en cuenta que gracias a su colaboración tenemos estas fotos, así que ya que ella ponía el 50% del trabajo, nosotros teníamos que poner el otro 50%, y darle las fotos que ella necesitaba.
Por otro lado teníamos una modelo novata, la verdad es que así nos lo vendió ella, pero una vez delante de la cámara nos impresionó, aunque fué de menos a más (es normal) ya las primeras fotos me impresionaron.
Y llega el momento de las prendas que nos habían dejado, la idea era hacer alguna toma para que quien nos proporcionó la ropa la pudiera poner en sus redes. Aquí tenemos que dar prioridad a la prenda, y procurar obtener la mejor imagen de esta.
Finalmente terminamos la tarde con una serie de fotos de las dos modelos juntas.
Normalmente para una sesión así lo recomendable es ir ya con una idea de lo que quieres hacer, las semanas anteriores a la sesión, todos los que íbamos a participar en ella estuvimos metidos en un grupo de Whatsapp, aquí exponíamos nuestras ideas y aportaciones, nunca debemos dejar una sesión a la improvisación. Tenemos que llegar a ella ya con la idea que queremos traernos a casa, y una vez obtenido eso ya llegará el momento de la improvisación, pero siempre que sea luego de asegurarnos los resultados.
Si posteriormente usamos estas fotos en nuestras redes sociales, siempre tenemos que tener en cuenta nombrar a todos los participantes en la sesión. En este caso las fotos se usaron para mi propio Instagram, así que en cada una de las publicaciones se incluía el nombre de las modelos, el otro fotógrafo y la maquilladora.
Al igual que no podemos olvidarnos nunca de mandar las fotos resultantes a los participantes, hay que tener en cuenta que ellos han puesto también su trabajo y han aportado su granito de arena, y esa es nuestra forma de pagárselo, siempre que no contratemos directamente a las modelos.
Ahora ya habéis visto como ha sido una de mis sesiones, más adelante iré poniendo más sesiones, tal y como vaya probando nuevas cosas.
Un saludo, y nos vamos viendo por aquí